«Un amigo me venía a decir hace tiempo que era mejor aceptar como música lo que alguien te presentaba como música para así después poder juzgar su valor en esa categoría y poder decir que es música malísima o absurda. Pero sigo pensando tiempo después lo mismo que entonces le respondí: que nadie en su sano juicio tiene por qué conceder a otros que algo pueda ser lo que a ellos les dé la gana sin que realmente lo sea –negarse a aceptar tal abuso es actuar con la honestidad que tanto nos gusta a esa persona y a mí–. Y sigo pensando que si además es realmente una producción humana malísima o absurda puede perfectamente juzgarse como tal sin necesidad de tener que incluirla artificial y deshonestamente en ninguna categoría, simplemente por el efecto en su supuesto destinatario.» [Agustin Barahona]
«Cuando queremos ponernos un poco de puntillas para atisbar el misterio de lo inefable usamos la música para elevarnos. Ella estructura y desarrolla el pensamiento abstracto y las emociones puras como lenguaje atávico y permite desde sí misma acceder a senderos de la realidad humana donde nuestros pies no han hollado aún lo necesario para hacer nuevo camino» [Agustín Barahona]
«La buena música es la que cumple su función: la que nos emociona y conmociona profundamente transformándonos de tal modo que pasa a formar parte de nosotros mismos para siempre» [Agustín Barahona]