Hoy se cumplen 174 años del nacimiento de Piotr I. Tchaikovky y simultáneamente 181 años del nacimiento de Johannes Brahms, ambos nacidos un 7 de mayo, de 1840 el primero y de 1833 el segundo. Es interesante ver cómo se percibían entre sí estos dos genios a través de su música y a través de sus escasas relaciones personales. Por ello he traído para esta ocasión un conocido enlace de una institución de investigación histórica que seguramente será muy útil para aquellos verdaderamente interesados por la historia de la música y sus protagonistas. Si queréis podemos debatir los contenidos de toda esta documentación, así como su crítica textual, fiabilidad e interpretaciones hermenéuticas. Por cierto, la fotografía es trucada 🙂 Que yo sepa, los dos genios nunca se fotografiaron juntos, pero si alguien conoce alguna fotografía en que sí le rogaría que fuera tan amable de informármelo. Muchas gracias de antemano.
«LA ZORRA DE ESOPO EN MÚSICA – Hay artistas del sonido que dicen preferir no crear cosas bellas o emocionantes porque alegan que entonces todo sería «muy fácil» –como la zorra de Esopo decía que si no cogía las uvas a las que no alcanzaba era «porque estaban verdes»– 🙂 Nada más falso, pues lo que es muy fácil realmente es jugar a hacer ruidos y cosas feas e indiferentes sin sentido cuya perfección o contenidos nadie pueda juzgar o argumentar. Sin embargo, componer una «Pasión según San Mateo» de Bach, una «9ª Sinfonía» de Beethoven, una «4ª Sinfonía» de Brahms, una «Tetralogía» de Wagner, una «6ª Sinfonía» de Tchaikowsky, un «Pájaro de Fuego» de Stravinsky o una «5º Sinfonía» de Shostakovitch fué harto complicado. Y además, cualquier intento de composición en estos lenguajes estéticos y emocionantes, perfectamente inteligibles como música para el gran público, si no llegara a tener unos mínimos de calidad sería no sólo descubierto sino rechazado de inmediato, por ser su calidad fácilmente juzgable y perceptible.
Hay a quien lo que le gusta masoquistamente es caminar cianóticamente a estertores mediante las manos y bajo el fondo del mar en vez de hacerlo con los pies en la superficie y respirando aire puro compartido. Si su objetivo es sufrir consiguiendo estos dudosos fines está en su libertad el hacerlo, pero que no intente usar los dineros públicos para arrastrarnos a los demás a su abismo personal de la zorra de Esopo cuando en realidad ni siquiera tiene intención de que dicho abismo nos guste.» [Agustin Barahona]