«Una de las cosas que llaman poderosamente la atención es que la práctica totalidad de lo que los conferenciantes del TED (Technology, Entertainment, Design, organización, de membresía carísima, económicamente elitista, que tiene como fin difundir «determinadas» ideas para cambiar el mundo, aunque no permiten discutir la dirección de ese cambio, que viene impuesta) afirman de un modo tan artística y emotivamente estudiado –y adiestrado– en sus charlas es fácilmente refutable. Sin embargo las conferencias no admiten allí debate alguno y la mayoría de los seguidores se traga los contenidos sin espíritu crítico, como si se tratara de grandes verdades reveladas de la nueva era o algo parecido. Es decir, las conferencias y lo que en torno a ellas se organiza no están planteadas como un modo para dilucidar hacia dónde deba cambiar el mundo o para mejorar dialécticamente las ideas de cada temática a partir de la contraposición y análisis de todas las mejores ideas, sino que están para generar una corriente de opinión, una ideología, que es la que sustenta y subyace el TED, organización que mueve muchísimo dinero y que usa internet y las redes sociales para viralizar su ideología. Por favor, que nadie se confunda y lo tenga siempre en cuenta.» [Agustín Barahona]

marzo 18, 2014 a las 1:35 pm por Agustín Barahona
Categoría: Reflexiones
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