«El problema con las sectas ilegalistas irracionales, en este caso atacantes incluso del Estado, es muy complejo. Llevo denunciándolo públicamente desde hace lustros. Puede resumirse en que la gente tiene una querencia y tendencia principal a no razonar porque viven en un mundo lleno de corrupción y dolor que parece irresoluble y que los tiene completamente desencantados; y generalmente en esas situaciones los más débiles buscan escapismos hacia la irracionalidad y el delirio, tal y como la ciencia lleva estudiando, analizando, publicando y enseñando en el último medio siglo. Y siempre hay quien se aprovecha de esa debilidad.
Muy probablemente ***un cambio de sistema*** a uno que fuera realmente difícil de corromper ***por su propia naturaleza*** y porque ***se vigilase intensa y eficazmente su cumplimiento*** –acordaos: no todos son corruptos a la vez y basta que uno no lo sea para que la corrupción quede al descubierto y sea resoluble– podría ser lo único que fuese ***el principio general de la solución***. Mientras no se haga eso toda otra acción no será más que parches que resulten en mendrugos para hoy y peor hambre para mañana.
Queridos amigos, en nuestra mano está el recuperar el control de la realidad. No volveré a repetir ahora cómo se hace eso, porque no hay forma de resumirlo para que quepa aquí, pero su palabra símbolo es EDUCACIÓN.» [Agustín Barahona]
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