«Cuando están moderados y participados por quienes conocen y aplican las normas de la lógica sin permitir errores a ese nivel, los debates públicos sirven para aprender no sólo sobre multitud de contenidos aportados por los participantes, sino también sobre cómo debe plantearse y resolverse el avance sobre los problemas que forman parte del pensamiento humano y sus mecanismos. Lejos de servir para reforzar las posiciones de cada participante sirven para disolverlas analíticamente ante quienes atienden lo que se dirime y así poder conocer mejor cómo estaban hechas y poder decidir acerca de su completura y corrección. Que por motivos ajenos al debate los participantes acepten o no las evidencias resultantes es completamente independiente de la realidad de dichas evidencias, que suelen serlo para la mayoría de las sanas inteligencias que escuchan y aprenden participando o sin participar.» [Agustin Barahona]

enero 23, 2014 a las 11:13 am por Agustín Barahona
Categoría: Humanismo, Reflexiones