«Me he encontrado en las redes sociales textos ridículos en torno a este tema. Uno de ellos, de una tal Carmen Tascón, dice literalmente: El único objetivo del PP es humillar al pueblo catalán. El gobierno está haciendo el ridículo ante el mundo. Tras esto se supone que debería haber habido un debate sobre tal afirmación improbada e improbable, pero además de un montón de insultos a varias personas por argumentar que no era cierta la afirmación de cabecera sólo había un montón de arengas metiéndose con el PP por motivos equivocados –¡con la cantidad de motivos acertados que hay!–, lo cual desvirtúa la realidad y puede ser contraproducente porque el PP podría salir bien parado al demostrarse que están equivocados y así hacerse la víctima, tal como ellos mismos vienen haciendo con Podemos.
Como una conocida de Facebook a la que insultaban allí por decir la verdad me pidió ayuda para que diera mi versión argumentada de los hechos así lo hice. Y paso a copiar mi escrito en mi blog, para que no pueda perderse.
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Tras leer despacio todo el texto de este hilo y descubrir con sorpresa que en realidad no se ha producido debate, debo decir que lo que dice Carmen no es del todo cierto y es evidente que no lo es, porque de humillar a alguien en todo caso M. Rajoy habría pretendido humillar a los separatistas y no a los constitucionalistas. Y por otro lado, cuando se cometen delitos hay que hacer que los delincuentes sean procesados y las normas españolas determinan en qué casos dichos delincuentes deben tener o no prisión cautelar. Otra cosa distinta es si esas normas son justas y particularmente creo que no lo son porque no son ni proporcionales ni graduales con el resto de las penas y multas que se establecen en el Código Penal quedando con un aspecto a veces arbitrario y caprichoso; aunque no es el estado del C.P. tema de este debate, por lo que dándolo por bueno las decisiones de los jueces hasta ahora están bien defendidas en sus respectivos autos y ya veremos qué se dice finalmente en las apelaciones, incluso en las del Derecho Europeo, si llega el caso.
Cierto que, como se ha señalado, la referencia a los derechos humanos de los que hablaba la ONU ya la ha retractado la propia institución, que pecó de cándida y crédula fiándose de los independentistas ilegalistas –no es la primera vez que a una institución manifiestamente inútil y poblada de inútiles como ésa les pasa–, en lugar de consultar a juristas internacionales y locales para que les explicaran que la situación real no tenía nada que ver con lo que decían falsamente los manipuladores, ya que las normas que los españoles hemos aprobado teóricamente –éste es otro problema, porque no es cierto que las hayamos aprobado, ya que el Ejecutivo ha asumido nuestras funciones de un modo ilegítimo y manipulador desde la propia Constitución del 78 que está pervertida desde el primer momento– otorgan carta de legitimidad a todas las actuaciones judiciales finales habidas hasta ahora, por lo que la actuación de los tribunales es impecable hasta el punto de que ***incluso si actuaran movidos por intereses políticos no habría forma humana de reprocharles nada porque los mentecatos ilegalistas irracionalistas les han brindado en bandeja todos los argumentos para procesarlos y seguramente condenarlos***. ¡A quién se le ocurre hacer una «robolución» [sic] de la Srta Pepis y con dinero público! Toda Europa tiene claro ya lo que sucedió, aunque al principio los manipuladores generaron confusión con todo tipo de trucajes, cosa que, como vemos, ya no ha vuelto a poder repetirse porque ya los calaron –era un cartucho que sólo podían quemar una vez en una generación–.
Por otro lado, quienes están haciendo el más espantoso de los ridículos son los separatistas ilegalistas, que parecen, más que una banda, una desbandada con mentalidad de chavales de entre 12 a 14 años, plenamente adolescentes y usando el mismo discurso emocional propio de estas edades sin que en él exista o presenten argumento alguno que tenga alguna solidez o consistencia o que sea simplemente real, como decenas de personas ya se han apresurado a demostrar –y digo a demostrar, verbo que no es cualquier cosa–.
Ningún juez español tiene potestad para nombrar presidente de la Generalitat. Por eso nunca lo han hecho, a pesar de que aquí se ha dicho que sí. Para lo que sí tienen potestad es para cubrir provisionalmente dicha presidencia ***en funciones*** aplicando el artículo 155 de nuestra Constitución hasta que pueda haber una nueva presidencia ostentada por alguien que no sea un delincuente rebelde, como es lógico y deseable, para lo cual se convocan elecciones lo antes posible, como así fué. Eso todos lo conocíamos –al menos los que nos hemos leído la constitución y los que sabemos cómo ha de funcionar por lógica el derecho y un estado de derecho, es decir, un estado garantista– de antemano, en especial los delincuentes a los que están procesando.
Así es como funcionan las democracias con su estado de derecho. Todo esto es incuestionable y de hecho no se puede hacer de ningún otro modo si no se quiere fragmentar un país en cientos de estados de delincuentes irredentos que traicionan sus propias leyes cada vez que a uno le diera la ventolera adolescente de decidir ikéicamente irse para crear la república independiente de su casa pero robándose su habitación. Tabarnia es un buen esperpento de lo implicaría hacer caso a la locura propuesta por los delincuentes rebeldes, aunque Tabarnia no era imprescindible para darse cuenta desde el primer segundo.
En fin, ésta es mi humilde idea acerca de lo dicho en el encabezado, así como los argumentos que la sostienen, por si a alguno le sirven de algo. Gracias.» [Agustín Barahona]
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