«La Hidra no puede ser vencida sólo cortando sus cabezas, porque por cada una que le es cercenada nacen otras dos más fuertes. Sólo cauterizando con fuego la decapitación de cada cabeza venenosa mortal y aplastando bajo una gran roca la única cabeza inmortal, la central, puede ser derrotada. Aprendamos tanto de la historia como de la sabiduría extraída de ella y recogida en los mitos sapienciales» [Agustín Barahona]
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