«Fijaos que la propia definición que facilito ya indica de por sí que que lo que vivimos no es una democracia, ya que la ciudadanía no fue la que realmente decidió la ley de la democracia sino el dictador anterior, así como todas las leyes fundamentales del estado.
A nosotros no se nos dió a elegir la mejor opción disponible y creable sino sólo las dos opciones que se nos presentaban, que más o menos eran: ¿tragáis con esto o guerra civil de nuevo?
Pero una vez instituído un sistema sólo hay dos formas de acabar con él: siguiendo el procedimiento que el propio sistema determine al efecto o levantándose contra el sistema sin aceptarlo. Y ambas versiones de posibilidades están muy articuladas ofreciendo muchísimas posibilidades de solución si se juegan bien las cartas.
Pero para tener una mínima oportunidad hay que saber mucho de cómo funciona el mundo, el sistema y el ser humano. Es decir, hay que ser un político formado de verdad y una persona inteligente.»
Tienes que Iniciar Sesión