Si la frase de la imagen me la hubiera dicho Pasteur en una conversación entre amigos –y sólo en ese contexto– le hubiera respondido de inmediato y con absoluta seriedad:
«Oh, sí, mi querido amigo Louis, tienes razón. Por eso en el frontispicio del antiguo templo de Apolo de Delfos, según decía Pausanias, cerca del gnoothi seautón («conócete a ti mismo») estaba escrito en piedra meedén ágan («nada en exceso»), ambos aforismos que, como sabes, fueron después tomados por los sabios y filósofos grecolatinos como máximas fundamentales para la vida misma y que tras miles de años han llegado intactos y eficaces hasta nosotros.
Es precisamente por eso que se dice que «Nada en exceso», porque la locura de los excesos acaba por nublar la justicia, la lógica y la razón y te lleva indefectiblemente a lo ilógico, injusto e irracional.»
Es decir, no existe forma racional posible de poder afirmar, sin posibilidad de que te lo nieguen racionalmente, que lo que decía Pasteur fuera correcto. Incluso asumiéndole sus propias palabras y juzgándolas bajo el propio concepto de lo que es la justa ciencia, que no requiere ni de más ni de menos ciencia para poder ser justa.
[Agustín Barahona]
Tienes que Iniciar Sesión