«Mi postura de asombro y sorpresa por el descaro con el que los dirigentes separatistas están manipulando la comprobable realidad se debía a que pensaba que el pueblo español estaba formado en cómo funciona el mundo y los sistemas políticos, así como en los fundamentos filosóficos que los sustentan. Pero viendo los recientes acontecimientos en España y particularmente en Cataluña me doy cuenta de que estaba equivocado: la gente se deja manipular con una facilidad aterradora, y la única explicación a esto es que no posee realmente una formación sobre la realidad institucional y legal de cómo funciona el mundo. Así pues, volvemos a que el problema general que aflige y ha afligido siempre a la humanidad es la Educación.
La forma de luchar contra los corruptos no es dejarse corromper por otros corruptos y usar la segunda corrupción para combatir la primera. La forma de combatir la corrupción es siendo íntegros y respetando las normas incluso hasta para cambiarlas.» [Agustín Barahona]
Lo que las normas dicen no es opinable si lo dicen o no: lo dicen. Que hay que cumplir las normas tampoco es opinable, así como que si un delincuente quiere gobernarte no hay garantías de que lo haga ajustándose al derecho que él mismo ha roto cuando le ha convenido. Así que… ¿qué es lo que está pasando como para que algunas personas entren en esta especie de absurdo ontológico tan fácilmente desmontable de modo racional si no es porque no están actuando racionalmente sino emotiva y manipuladamente?…