Recomiendo la lectura de la reflexión de Xavier Pujol sobre los ciberadictos en las salas de conciertos vertida en su artículo titulado «¿Qué hacía esa mujer ahí?»

Destaco: «La cuestión no es saber por qué aquella mujer que estaba dos filas delante mío puso en marcha el móvil justo al principio del Adagietto y se puso tontamente a pasar pantallas. Todo el mundo tiene derecho a empobrecer su vida y renunciar a la belleza del arte. La pregunta es: si Mahler y su Adagietto (y sus vecinos de localidad) le importaban un pimiento. ¿Qué hacía esa mujer ahí? ¿Por qué fue a un concierto que le costó 138 euros si lo que quería era jugar con el móvil? ¡Plaga de ciberadictos!.»

febrero 17, 2014 a las 9:59 am por Agustín Barahona
Categoría: General, Reflexiones
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