Errores y erratas en mis trabajos editados por terceros.
Errores y erratas en mis trabajos editados por terceros.
Ante todo una pequeña reflexión, estimado amigo ilegalista secesionista: Los carteristas también son gente de paz: «sólo» te roban sin agredirte. Por eso se pone a la policía a detenerlos y si se resisten ésta debe usar la fuerza, como siempre. Violencia es también hacer algo contra la voluntad de alguien, por ejemplo, entrar en algún sitio contra la voluntad de su dueño o robar el voto que corresponde a todos los españoles o que la judicatura te pida que no vayas a una manifestación o votación ilegales y sin embargo vayas, etc. Todo esto, además, pone en una situación violenta al Estado de Derecho, que se ve obligado a actuar, como todo el mundo sabe, haya ido o no al colegio para aprenderlo. Es de lógica básica.
Me decía en privado –en público no se atreve, por algo será– hace poco un secesionista ilegalista que cómo me atrevo a decir que ellos no son gente de paz, que quienes son violentos son los policías. Estimado ilegalista secesionista: No sé qué te enseñaron en el colegio –aunque habiendo sido educado con tanta patraña manipuladora secesionista desde que eras una criatura indefensa puede que te exima de la ignorancia que tienes, no de la que te empeñas en seguir teniendo– pero no es ni siquiera un problema de violencia, ***es un problema de legalidad, de legitimidad, para ejercer la violencia que está regulada como fuerza del Estado en TODAS las constituciones democráticas del mundo***, porque en aquellas en las que no era legítimo que el Estado usara la violencia éste desapareció, por pura y lógica selección natural –algo que no tiene fortaleza para sostener sus leyes contra los que por ignorancia o maldad intentan violentarlas se viene abajo–. Como sabiamente enunciaron los antiguos romanos haciendo que sea muy difícil que jamás pueda dejar de ser verdad su frase: si vis pacem para bellum.
Por otro lado, estimado amigo ilegalista secesionista, veo que tienes también un problema de conocimientos básicos de física. La fuerza necesaria para, por ejemplo, mantenerse sentado/tumbado en el suelo para impedir pasar a un policía a cumplir con su obligación –produciendo así desobediencia a una autoridad en el ejercicio de su cargo ¿o esto tampoco lo estudiaste?– es necesariamente igual, pero de sentido contrario, a la que el policía tiene que ejercer para intentar cumplir con su obligación. Es decir, en equilibrio de fuerzas son igual de «violentos» ambos. Por supuesto, el policía está entrenado para poder superar esa provisional situación de equilibrio ilegal y tiene medios legales para conseguirlo(1), o si no la policía no tendría ningún sentido porque no podría protegernos contra quienes ejercen la violencia, sea de la naturaleza que sea, contra los que sí somos gente pacífica que no intentamos violentar las leyes. Ningún estado democrático en el mundo puede permitir que alguien delinca conscientemente y hacer la vista gorda porque no conviene políticamente corregirlo o evitarlo, porque se entraría en el terreno de la arbitrariedad que es uno de los primeros pasos para destruir un Estado de Derecho por completo.
Así que, como digo desde que era adolescente: «no cometas la imbecilidad de intentar tratarme de imbécil». Habrás de inventarte una excusa mejor, querido amigo ilegalista secesionista. No existe gente «pacífica» si se enfrenta de cualquier modo a otra, pues en el acto deja de serlo.» [Agustín Barahona]
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Nota 1: Cualquier ilegalidad debe ser denunciada y sometido el culpable a sus responsabilidades jurídicas. La policía tiene normas claras sobre cómo debe aplicar la fuerza y todo ciudadano puede denunciar al agente que considere que no ha seguido la norma, así como el agente puede denunciar a quien ejerza cualquier tipo de violencia contra él. Y, como he dicho cientos de veces, para eso sería fundamental poder grabar los hechos, cosa que el PP robó a los españoles en la tristemente famosa ley mordaza. Aunque, a juzgar por los vídeos que circulan por todas partes, parece que, a pesar de poder enfrentarse con alguna denuncia, afortunadamente la gente lo valora de otro modo asumiendo su responsabilidad.
Datos bibliográficos:
«Ancient Objects Related to Music and Ancient Egypt in the National Archaeological Museum of Madrid,» en Egyptian Museum Collections Around the World: Studies for the Centennial of the Egyptian Museum, Cairo: American University in Cairo Press, 2002.
Del estado final de este trabajo sólo tengo referencia por terceros, debido a que los editores no pudieron enviar a los autores ninguna separata de sus artículos, como es costumbre editorial, ni, por supuesto, ningún ejemplar de los volúmenes. Quienes sí recibieron de regalo un ejemplar de cada uno de los dos volúmenes fueron los directores y especialistas de museos del mundo que asistieron invitados al evento en que se celebró el centenario de esta institución egiptológica museística. Por ello, fue sólo a través de la gentileza de Mari Carmen Pérez Díe, Directora de la Sección Egipcia del Museo Arqueológico Nacional de Madrid —y a quien agradezco de nuevo su amabilidad por facilitarme el trabajar con los fondos egipcios del M.A.N. para la elaboración de este trabajo— que he tenido noticia de este detalle. Al volver de Egipto me informó de que las fotografías que adjunté aparecieron publicadas… pero del revés, boca abajo. Al menos recuerdo que me dijo que todas las de los sistros lo están, de las otras no estoy seguro.
Por favor, si alguien tuviera el volumen en que fue publicado este artículo mío le agradecería que fuese tan amable de facilitarme una imagen de todas las páginas para que pudiera hacer la revisión pertinente para esta fé de erratas.
Un cordial saludo:
Agustín Barahona
Datos bibliográficos:
«Aproximación al concepto de música del Egipto Antiguo«, en Miguel Ángel Molinero y Domingo Sola (coordinadores), Arte y Sociedad del Egipto Antiguo, A. Teoría y Estética, 37-65, Ediciones Encuentro, Madrid 2000.
Hay que comprender que, en general, las ilustraciones fueron elegidas y añadidas en el último momento por los editores, probablemente más bien por motivos estéticos, por lo que su pertinencia en el texto puede a veces no ser la adecuada. No obstante, en aquellas fechas extremas se me pidió que revisase y corrigiese los pies de foto para las incluídas en el cuerpo del texto del trabajo, como así hice en un momento, cosa que no se me pidió para las del bloque de fotografías incluído más adelante.
En las fotografías que, tras la página 192, sin que yo tuviera conocimiento de ello de antemano, añadieron en dicho bloque, aparece un error de importancia. En la imagen 2.1, en que claramente se ve un instrumento cordófono, una especie de las llamadas arpas de hombro, se ha puesto en el pie de foto «Sistro, Baja Época. Museo Británico». Es decir, se ha confundido un instrumento de cuerda con uno típico de percusión, tipo sonaja, como es un sistro. Me imagino que un error de esta clase debe de ser realmente, por lo obvio, una errata; es decir, probablemente el editor disponía de la imagen de sistro de Baja Epoca que citó pero al final se puso erradamente una imagen distinta.
Un cordial saludo:
Agustín Barahona