«No es cierto que, como Paul Davies afirma erróneamente, toda la empresa científica esté construida sobre la suposición de la racionalidad de la naturaleza (1). De hecho nuestro propio concepto de racionalidad está construído desde la naturaleza misma desde los mismísimos primitivos psicológicos.

Davies muestra en su afirmación no haberse tomado el tiempo para reflexionar precisamente sobre el principal aspecto gnoseológico aquí, es decir, cómo hemos adquirido nuestra racionalidad, nuestras herramientas para medir el mundo, y que precisamente esas herramientas se han derivado del propio mundo, es decir,

1.- de nuestra observación de sus regularidades hasta llegar a procesos de inferencia, que llamamos racionales, extremadamente complejos, pero siempre basados en la experiencia segura de esas observaciones originales que substancian primigeniamente todo nuestro saber, y

2.- de nuestra necesidad de evolucionar cerebralmente dentro de los ceñidores y filtros creados por la propia selección natural.

Supongo que si nuestras herramientas para medir el mundo fueran de cartulina, por muy repleta que estuviera de complejísimos origamis papirofléxicos que sobre ella hubiéramos desarrollado, no nos asombraríamos de saber que el mundo estuviera hecho también de cartulina y que nuestras herramientas hubieran sido troqueladas a partir de él.

Por eso no es que el universo sea racional sino que nuestra racionalidad es universal, fruto de usar las propias características regulares del universo para su propia medición, que no es en absoluto lo mismo.»

[Agustín Barahona]

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Nota 1: Davies, Paul, La mente de Dios, p. 162.

febrero 5, 2023 a las 10:00 pm por Agustín Barahona
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