O nos salimos del euro o forzamos la creación de un verdadero Estado Europeo Federal.
La segunda parte del título es mi propuesta (pues sólo un verdadero Estado Jurídico acabaría con las oportunistas pugnas internas de baja estofa que ahora mismo tiene Europa en su seno). La primera pertenece a un interesante artículo de D. Vicenç Navarro, Catedrático de Políticas Públicas de la Universitat Pompeu Fabra del que cito lo siguiente (la negrita y cursiva son mías):
«Estamos viendo durante estos años de crisis el intento más intenso y masivo por parte de las autoridades de la eurozona […] así como del Fondo Monetario Internacional (FMI) de debilitar [….] el mundo del trabajo, la protección social y el Estado del bienestar. […] La generalización de tales medidas en la mayoría de países de la eurozona se presenta como un indicador de su […] necesidad de que se lleven a cabo para salir de la crisis. […] tales medidas no sólo no están contribuyendo a la salida de la crisis y de la recesión, sino que la están empeorando […] el único sector que podría estimular la economía es […] el gasto público. De ahí que la reducción de tal gasto público sea un gran error, pues imposibilita la salida de la crisis. […] están utilizando esta situación de enorme crisis (acentuándola incluso) a fin de forzar con mayor contundencia lo que […] la banca y las grandes empresas transnacionales [..] siempre han deseado: debilitar al mundo del trabajo y al Estado del bienestar. […] El Banco Central Europeo supedita [sus] ayudas –en forma de compra de deuda pública– a que [se] hagan reformas que claramente debiliten el mundo del trabajo […] y reduzcan sus estados del bienestar […] medidas que tienen muy poco que ver con la génesis de la crisis o con la salida de ella. El argumento […:] que aumentarán la competitividad de la economía [de Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España] y con ello aumentarán las exportaciones, que debieran ser el motor del crecimiento económico y la salida de la crisis. [… pero] el mayor problema que tienen estos países no es ni su inexistente elevado gasto público, incluido el social (que es de los más bajos de la UE), ni la falta de competitividad (las exportaciones han continuado creciendo en España durante la crisis), sino su escasísima demanda. Esta situación […] Condena a varias generaciones a un futuro miserable. De ahí que debiera considerarse […] la salida de España del euro. […] no necesariamente peor que lo que se predice para los próximos diez y quince años. […] Argentina en 2001, tras romper la paridad con el dólar y las políticas impuestas por el FMI […] recuperó su propio control del valor de la moneda y de su Banco Central, permitiéndole en tres años que su PIB fuera ya el que existía antes de la crisis […] Letonia […] siguió las políticas que está imponiendo el FMI y hoy su PIB es un 20% inferior al que tenía al iniciarse la crisis. Es importante que para el bien de las clases populares se inicie un debate en España sobre los excesivos costes de pertenecer al euro, y de los que la población parece ser ya consciente.»
Agustín Barahona
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