La gente se ha creído que existen ideologías en sí mismas correctas y que los partidos las siguen. Pero la realidad es que ni nos hacen falta los partidos ni los partidos siguen las supuestas ideologías ni éstas son ninguna garantía de corrección, porque lo único que puede serlo es la educación y todas las herramientas que nos aporta de tipo crítico, racional, lógico y sensible. El gobierno de los partidos es un claro y vergonzante engaño fácilmente mostrable desde el principio y es de las cosas cuya adoración religiosa desde siempre más me ha sorprendido, me sorprende y me seguirá sorprendiendo, me temo.
La gente se ha creído que existen ideologías en sí mismas correctas y que los partidos las siguen. Pero la realidad es que ni nos hacen falta los partidos ni los partidos siguen las supuestas ideologías ni éstas son ninguna garantía de corrección, porque lo único que puede serlo es la educación y todas las herramientas que nos aporta de tipo crítico, racional, lógico y sensible. El gobierno de los partidos es un claro y vergonzante engaño fácilmente mostrable desde el principio y es de las cosas cuya adoración religiosa desde siempre más me ha sorprendido, me sorprende y me seguirá sorprendiendo, me temo.