«Lo he repetido millones de veces. Por una más no se acaba el mundo. Además, es justo.
Ya Platón y toda su cultura explicaba que «justicia es dar a cada cosa lo que le corresponde según su naturaleza», que es exactamente lo mismo que yo estoy traduciendo para nuestros contemporáneos. De hecho, el universo funciona así, de un modo «automático» mediante la propia complejidad interrelacional de sus leyes y las miríadas de mecanismos derivados.
Para quien no lo entienda así formulado se lo traduciré en que es imposible llamar justicia a intentar hacer igual lo que de modo natural es diferente y se requiere diferente para que el propio mundo siga funcionando. Si hiciéramos que los átomos de hidrógeno tuvieran la misma valencia que los de oxígeno no sólo haríamos desaparecer el hidrógeno, sino que nos cargaríamos el universo. No, no van por ahí los tiros en lo que a la justicia se refiere.
La justicia trata de poner en situación adecuada para su funcionalidad inherente a aquellas cosas a las que artificialmente se les impide poder ser como deben ser por su propia naturaleza igualmente inherente. Es decir, ***la justicia quita estorbos para lo naturalmente necesario, no los crea***. Creo que el ejemplo de física/química que he puesto es suficientemente ilustrativo.
Por ello sin inteligencia es imposible ser justo y toda justicia verdadera es siempre inteligente» [Agustín Barahona]
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