«El problema que llevan asociado todas las modernas y mal llamadas democracias, sin entrar ahora en muchas profundidades, es que tienen patente de corso para mentir democráticamente en absolutamente lo que se desee, porque si una ley intenta formalizar y aclarar los límites que la lógica y el sentido común deberían imponer de modo natural al significado de esas supuestas libertades entonces dicha ley es automáticamente considerada restrictora fascista de la libertad y de las libertades.
Estamos ahora comprobándolo día a día no ya con la creación de nuevas regulaciones sino con la aplicación de normas que están y han estado siempre en la Constitución Española y que yo estudié cuando era adolescente, aunque pareciera que de repente el pueblo español nunca hubiera asistido al colegio o al instituto y las hubiera descubierto ahora por primera vez.
Aunque España no es en esto ninguna excepción.
Es una trampa mortal que antes o después –mejor ***ya***— debemos resolver si no queremos acabar con una importante parte de la población mundial completamente idiotizada por la falta de formación científica y por la abundancia de propaganda enajenante.» [Agustín Barahona]
El articulillo es sólo un apunte por encima de una realidad desgraciada y profundísimamente arraigada. Sólo pretende ser un aviso a navegantes despistados. Y podría valer para cientos de entradas en cualquiera de los periódicos y redes sociales del planeta, pero no únicamente.