Me resulta preocupante ver cómo mucha gente evita utilizar en español la secuencia «de que» en todo momento, haciendo a veces absurdos encajes de bolillos, por pensar que usarla es una falta, cuando lo que en realidad es una clara incorrección es usarla donde no debe usarse, que eso es lo que se llama «dequeísmo», es decir, usar indebidamente la preposición «de» ante la conjunción «que» cuando la preposición no viene exigida por ninguna palabra del enunciado. Pasa igual que en el «queísmo», donde la gente hace igualmente virguerías para intentar no poner la preposición «de» –o algunas otras también– ante la conjunción «que» a pesar de que la preposición venga exigida por alguna palabra del enunciado. La única forma de estar seguros de no equivocarnos nunca es conocer razonablemente bien el español y su funcionamiento. Eso, o aprenderse larguísimas listas de reglas –puros fenómenos de extensión– de los casos en que deben usarse unas cosas y otras, cuando en realidad tales reglas sobrarían si se conoce bien la lengua. [Agustín Barahona]
[…] ¡por tener miedo a ser dequeístas! La regla distintiva y resolutora de todos esos problemas de dequeísmo/queísmo es muy fácil. Cuando una oración subordinada de relativo es un sintagma nominal (es decir, en […]