«Quienes hablan de la tiranía de la tonalidad deberían también hablar de la tiranía del lenguaje, ya que ambos están construídos y condicionados por la misma tirana: la naturaleza.» [Agustín Barahona]
«Quienes hablan de la tiranía de la tonalidad deberían también hablar de la tiranía del lenguaje, ya que ambos están construídos y condicionados por la misma tirana: la naturaleza.» [Agustín Barahona]
Es de todos los especialistas conocido que ningún lenguaje natural, como su nombre indica, surge por imposición de su léxico y su gramática sino que éstos tienen una serie de posibilidades naturales de formarse que pueden ser bien estudiadas y de hecho lo están. Es decir, en el cerebro hay condiciones que producen estructuras que hacen que la comunicación pueda producirse de unos determinados modos pero de otros no. Si alguien ve que existen esos modos en los que no se ha dado de ninguna forma la posibilidad de comunicación eso no quiere decir que los otros, en los que sí se da, hayan sido una tiranía impuesta por nadie y que para «liberarse» haya que usar los que la naturaleza desecha. Al contrario, hay motivos para que la naturaleza los deseche, como lo prueban las evidencias de la distribución de dispositivos lingüísticos para la comunicación. De hecho cuando se inventa un lenguaje artificial se siguen las reglas del lenguaje natural, muy bien estudiadas, para que pueda funcionar.