Lo he leído en las redes y se lo comparto a todos ustedes:
«El otro día me senté en un restaurante con una amiga. Llega la encargada de atendernos, nos saluda con una sonrisa y se da el siguiente diálogo:
– ¡Hola chiques!
– ¿Chiques? le dije yo, también con una sonrisa.
– Así es, ¡somos un restaurante inclusivo! (dijo con orgullo).
– Mira que bien, me viene estupendo porque en un ratito viene un amigo que es ciego. ¿Tienen la carta en Braille?
– Ay no, eso no tenemos.
– Ah ok… pues viene mi mujer pero acompañada de mi hija, que es Asperger. ¿Carta con pictogramas para la gente autista, tienen?
– No, perdón… me dijo visiblemente nerviosa.
– No te preocupes, suele pasar. Ahora bien.. me imagino que la lengua de señas para los clientes sordos debeis saber… ¿cierto?
– La verdad me estás matando… me contesto sonriendo nerviosa.
Ella ya no estaba cómoda, sonreía con vergüenza, un poco de culpa y un poco de malestar también. Y ahí le dije:
– No te preocupes, suele pasar con tanta modernidad y tanto modismo. Asi pues, lamento contarte que no sois un local inclusivo, sois un local progre, parte del triste relato que ahora está de moda. En el caso de tu local, esta gente que he comentado, no podría hacer algo tan básico como comunicarse para pedir de comer o beber. ¿Quieres ser inclusivo? Incluye a todos ellos, y a todos los que el sistema directamente no da lugar.¿Es difícil?.. depende de tener o no tener ganas, pero lo que no hay que hacer es «incluirse» en el grupo de los hipócritas que habitan en esta sociedad. Una “e”no te hace inclusivo, te hace gilipolles.
(Copia, pega y al que le moleste, ya sabe…) Así de simple »
«Es el nombre que utilizo para identificar más claramente una tipología de falacias que usa mucha gente deshonesta –principalmente políticos y religiosos, aunque no únicamente–, habitual y generalmente consideradas falacias de distracción por cambio de tema pero en donde en este caso –y de ahí la necesidad de caracterizarlo con el nombre que uso– el nuevo tema es un problema que se atribuye falsamente al contrincante. Consiste en proceder como hace el calamar, que cuando tiene miedo huye pero no sin antes intentar confundir a su enemigo envolviéndolo repentinamente en un denso chorro de tinta oscura, como manto más o menos opaco de suciedad, con el fin de que se sienta perdido, se distraiga y no pueda ver en qué dirección huyó el animal.
Es en este sentido que se producen intentos de huída cuando en un debate demuestras a alguien que alguna idea que esta persona esgrimía –central o no– era errónea y el dueño de esta idea corregida, en lugar de responder con la honestidad que se espera de los participantes de cualquier debate real, asumiendo el error, responde sin embargo sin reconocer corregida la idea y cambiando brusca y rápidamente a un nuevo tema que intenta presentarte a ti como centro polémico de algo haciéndote alguna acusación directa o velada, incluso aunque sea completamente falsa y el que huye lo sepa, porque confía en que de ese modo, bajo la confusión de ese tupido manto oscuro que además mueve las emociones, tanto tú como los que presencian el debate olvidarán de inmediato la idea corregida que motivó la brusca y falsaria expulsión de la cortina de inmundicia.» [Agustín Barahona]
¡Mucho cuidado con esta manipuación más en FB!
«Por qué tus grupos de Facebook están desapareciendo o se están volviendo secretos de repente»
Origen: Facebook