Me pregunta un religioso:
¿Qué me dices de las personas que dan testimonio de haber salido de sus cuerpos durante alguna especie de pérdida de conciencia o muerte repentina para ver como sus familiares u otras personas las reaniman y luego vuelven a contar lo que vieron?
Y siempre contesto a esto con mi frase predilecta:
«¡Los caminos del Cerebro son misteriosos e inescrutables!»
[© Agustín Barahona]
«SI NO HUBIERA TENIDO UNA FE ABSOLUTA EN LA ARMONÍA DE LA CREACIÓN NO HUBIERA TRATADO DURANTE TREINTA AÑOS DE EXPRESARLA EN UNA FÓRMULA MATEMÁTICA»
(Einstein; cit. en 1943; Hermanns, Einstein and the Poet: In Search of the Cosmic Man, 1983:61)
«Para expresar lo que con descripciones realistas precisas nos cuesta expresar solemos usar del maravilloso arte en sus variadas expresiones, particularmente a través de la poesía, pero eso no quiere decir que debamos tomarnos al pié de la letra lo que, de haber sido real y completamente expresable, no habría necesitado de ser descrito por la poesía como única escapatoria. La poesía no está hecha para ser tomada como la etiqueta de un inventario, sino para producir una profunda reacción emocional en nuestro interior que nos permita quizá acercarnos un poco más a lo que el artísta necesitaba decir y, sin embargo, no podía.
Por ello precisamente, y atendiendo esta hermosa frase atribuída a Albert Einstein, hemos de tener en cuenta que, por propia definición, no se tiene ni se puede tener fe en lo que se puede observar para analizar y convertir en fórmulas matemáticas. Cuando se habla poéticamente, como hacía Einstein en muchísimos casos –era también artista y gustaba expresarse como tal en público, además de con su violín–, y éste es claramente uno de ellos, se cometen todas las licencias y retruécanos propios de ese modo de expresión. Sin embargo, cuando se habla científicamente es justo lo contrario: sólo puede usarse de las definiciones privativas inambiguables.
El que realmente tiene fe, el que realmente cree, está llenando un hueco con algo inventado, en lugar de investigarlo para completar correctamente el puzle del que forma parte. El significado privativo –que es «propio de» y no se cruza ni comparte con ningún otro– de «creer» ni es cualquier cosa que a uno le apetezca ni algo baladí. Creer es «dar por cierto algo de lo que no se tiene certeza, sin conocerlo directamente o sin que esté comprobado o demostrado». Al llenar el hueco del puzle con algo inventado dejará de percibirse el hueco y se perderá para siempre la posibilidad de ser consciente de que ahí falta una pieza real. Porque, lamentablemente, creer no es ni conjeturar contrastivamente, como se hace en ciencia, ni confiar en que algo que sabemos que funciona de un modo determinado siga funcionando así mientras nada se lo impida. No. El acto de la fe, el creer, es un acto necesariamente irracional, por excelencia o antonomasia.
En resumen, como ya he dicho en muchas ocasiones, a pesar de que como artista pueda a veces intentar usar de la poesía allí donde de momento no me llega la ciencia, como científico uso significados unívocos, lo que me obliga a usar siempre los significados «privativos», que son los que en el cruce de campos semánticos con otros términos, supuestamente equivalentes en alguna medida, quedan fuera de todos los demás. Por tanto, el único significado posible del que puedo –y debemos– estar hablando para el término «creer» en este contexto religioso propio del término es su significado privativo que ya antes he mecionado («dar por cierto algo de lo que no se tiene certeza, sin conocerlo directamente o sin que esté comprobado o demostrado»). Hacerlo de otro modo mezclando y creando anfibologías y enredos semánticos sólo favorece a charlatanes, predicadores, apologistas y políticos, por el propio refrán que dice que «a río revuelto…» Y precisamente por eso, debido a la necesidad artística expresiva de Einstein ha sido manipulado hasta la extenuación.
Para conocer realmente el mundo hay que manejar siempre ideas claras y contrastadas que no puedan ser ambiguadas por conveniencia. Y mientras manejemos el significado privativo de creer no habrá nunca problemas ni confusiones artificiales que permitan a personas deshonestas utilizarlos en provecho propio.»
[Agustín Barahona]
«El problema de la gente con esta pandemia es que no han entendido aún que aunque se vacunen no pueden dejar de actuar con las cautelas y profilaxis necesarias (mascarillas, ventilación, distancias, evitación de gente que pueda estar contagiada, etc) hasta que el virus haya desaparecido por completo de la población mundial, que es así como se erradican las enfermedades y epidemias infecto-contagiosas. Deben de pensar probablemente que como les han dicho que ellos, los vacunados, no van a pasar la enfermedad con los síntomas tan graves si se contagian –aunque algunos aún no saben que la vacuna no impide el contagio sino que sólo restringe los efectos de un modo muy variado– el resto de la gente alrededor tampoco, ignorando que no sólo hay aún mucha gente que no se ha podido vacunar por causas diversas, sino que también hay población de más alto riesgo aunque se haya vacunado y que hay aún una ingente cantidad de personas que no desean vacunarse, aunque no sepan ni puedan explicar racionalmente por qué.
Y olvidando estos detalles tan importantes olvidan también sus consecuencias, porque los gobiernos, por mor de la protección de la salud pública, están obligados a establecer los mecanismos de control de la pandemia una y otra vez hasta que ésta desaparezca del planeta y mientras no lo haga, cada vez que haya que poner en marcha esos mecanismos se perjudicará económicamente a terceros reiteradamente, terminando por acercarnos todos al peligro de colapsar la economia mundial –bastante cercano ya en estos momentos–, mientras se benefician a costa de tu ignorancia charlatanes y pseudocientíficos de todo pelaje.
Como llevo diciendo desde que era adolescente, lo más caro no es estudiar sino dejar de hacerlo.
Finalmente, y directamente en relación al título de este pequeño texto, ¿sabías que si tú pides poder analizar la vacuna que van a ponerte puedes hacerlo, porque estás en tu derecho? El problema es que aunque puedas hacerlo no sabes cómo ibas a poder validar por ti mismo (aunque confiaras en amigos especialistas estarías realmente en la misma situación) que lo que contiene la vacuna es lo correcto porque no eres ningún especialista y mientras no estudies para poder serlo y consigas serlo de verdad será inútil tu propia libertad legal, porque te falta el conocimiento necesario para poder ser libre humanamente de verdad. Y al igual que te pasa con la vacuna te pasa con muchísimas otras cosas en las que probablemente no debes de haber reparado o no estarías en esa posición negacionista irracional.
Te adjunto una reflexión que se está compartiendo hace tiempo por las redes sociales, para que repares en la patente realidad y puedas darte cuenta de que sin quererlo estás perjudicándote y perjudicándonos a todos. Un abrazo.»
[Agustín Barahona]
«Sí, estoy vacunado. Y, no, no sé qué hay en esta vacuna. Ni en este ni en las que me pusieron de niño. Tampoco sé qué hay en muchos otros tratamientos, ya sea para el cáncer, el SIDA, la artritis, etc. Tampoco sé qué hay en el ibuprofeno, el paracetamol u otros medicamentos que se venden en venta libre. Los uso porque curan mis dolores de cabeza y demás dolores . No sé qué hay en la tinta para tatuajes, hot dogs, hamburguesas, coca cola o chocolate. Tampoco sé cuáles son todos los ingredientes usados en mi jabón, shampoo o desodorante. No sé cuál será el efecto a largo plazo del uso del movil en mi salud y la de los míos. ¿Cómo puedo saber si este restaurante donde acabo de comer realmente usó alimentos limpios y frescos o si el personal se lavó bien las manos? De todas formas, hay muchas cosas que no sé y que nunca conoceré.Solo sé una cosa: la vida es corta y que quiero poder hacer algo más que quedarme encerrado en mi casa. Quiero poder viajar y abrazar a la gente sin miedo y recuperar un pequeño sentimiento de vida como antes.De niño y adulto me vacunaron contra las paperas, el sarampión,la poliomielitis, el tétanos y muchas otras enfermedades. Mis padres y yo confiamos en la ciencia y nunca tuvimos que padecer ni transmitir ninguna de estas enfermedades antes mencionadas.Por eso confié en mi médico cuando dijo que la vacunación era necesaria. Estoy vacunado, no para complacer al gobierno y no, no soy una »oveja», pero me vacuné bien para:*no morir de Covid,*no ocupar una cama de hospital si me enfermo,*abrazar a mis seres queridos,*no tener que hacer ninguna prueba PCR o antigénica para salir a bailar, ir a un restaurante, ir de vacaciones y muchas cosas más por venir,*vivir mi vida,*que Covid-19 sea un viejo recuerdo,* Protegerme, protegernos.Ten en cuenta que hay más peligro comiendo ciertas cosas que recibiendo una vacuna contra un virus mundial.Cada uno toma sus decisiones. Yo he tomado la mia . Este texto se copió y tú también puedes hacer lo mismo.