«No sé qué hace el gobierno buscando urnas y papeletas en Cataluña en pleno siglo XXI ignorando que es precisamente una empresa catalana la que permite a los estadounidenses y a otros países votar por internet en sus elecciones. Por eso las hipotéticas dificultades ya están resueltas empíricamente de antemano y, por ejemplo, los independentistas podrían probar sin problemas que a cada DNI –electrónico o no– corresponde un voto y sólo uno, sin trampa ni cartón. Y si me apuran, ni siquiera hace falta que estén en Cataluña los servidores telemáticos para que la gente pueda votar por internet, ya que pueden estar en cualquiera de los muchos países donde la justicia española no tiene alcance jurídico alguno para impedir la votación. Así que la solución no va ni jamás ha podido ir por el lado de impedir un campo al que no se le pueden poner puertas.
Sólo un gobierno memo e inepto creería que es impidiendo una votación del siglo XXI, algo imposible en regímenes democráticos por muy ilegal que sea, como se puede hacer entrar en razón a un grupo irracional de payasos delincuentes incapaces de enfrentar y resolver los problemas de Cataluña con honestidad –porque no es ése el cometido que tienen– hasta el punto de que para intentar taparlo son capaces de montar un circo hazmerreir de proporciones internacionales. Sólo una ciudadanía inepta podría creer que un país conseguido por medios delincuentes de guante muy negro podría garantizarles ser un estado de derecho en el que poder vivir tranquilos, sin que nadie en su seno decidiera imitar el golpe de estado secesionista para, con el mismo falso derecho apelado, hacer más trocitos de su supuesta soberanía en cualquier momento.
A todos nos gustaría ser independientes de los malos gobiernos, pero la independencia no se consigue con deshonestidad y mañas de baja estofa.» [Agustín Barahona]
«Lo público, siendo fundamental e imprescindible en la sociedad española y en la sociedad moderna en general, tiene en España un problema en sanidad y educación: que los gerifaltes de la administración que dirigen la pública en su inmensa mayoría demuestran día a día no tener ni idea de lo que dirigen y ser unos ineptos que ***no saben reconocer a la gente de valía que tienen entre las manos*** para poder hacer buen uso de dichos valores. Por eso la partida a ese respecto, y mientras no se enmiende el error, estará siempre ganada por lo privado, dado que para ellos es fundamental el poder hacerse con los mejores profesionales y lógicamente tienden a especializarse en detectarlos eficazmente. Si la pública estuviera dirigida por gente profesional especialista otro gallo cantaría, porque la profesionalidad y el buen hacer ***ya existen*** garantizados en cualificación y excelencia por unas muy difíciles oposiciones y una necesaria actualización constante de los profesionales para poder ser eficaces, cosa que no ocurre con los jefes administrativos» [Agustín Barahona]
Véase también:
El pasado miércoles 9 de agosto puse fin, tras 22 años y 7 meses (y estando aún en el ecuador del desarrollo de mi carrera profesional) a mi trayectoria laboral como cirujano en l
«El camino hacia el altruismo y la compasión o empatía no necesita de ninguna religión. Al contrario, a menudo la religión es, ha sido y será un impedimento para poder conseguir la felicidad propia y ajena.
Tan sólo se necesita:
1.- de una bien educada sensibilidad desde la tierna infancia, que nos permita entender bien al otro y ponernos en su lugar;
2.- de inteligencia para darse uno cuenta por uno mismo de que si no somos todos felices es imposible serlo realmente, por lo que la felicidad es un trabajo de la humanidad en conjunto;
3.- y, además, tener por lema vital esa máxima tan antigua y simple como verdadera y eficaz que dice que hay que evitarle al prójimo el mal daño que a ti no te gustaría que te hicieran y favorecerlo con aquello bueno que uno sabe que le gustaría que le hicieran.
Y para saber qué es lo bueno y qué lo malo en cada caso y poder actuar correctamente en los otros tres puntos está la sempiterna Educación, que nos dota de las herramientas necesarias para poder discernirlo por nosotros mismos.
Un abrazo a todos.» [Agustín Barahona]