He oído en radio y televisión muchos análisis acerca de cómo se podría detectar a las personas peligrosas que podrían ser susceptibles de ser terroristas en cualquier momento. Y siempre veo el estancamiento en lugares comunes, como el decir que los terroristas se espera que sean gente marginal o ignorante, y sorpresivamente no lo son, así como que siempre son percibidos socialmente antes de mostrarse como tales terroristas como gente, buena, apacible, gente «normal», al fin y al cabo, lo cual deja impactados a sus vecinos, familiares y allegados cuando descubren que esa persona acaba de asesinar a decenas, sin siquiera inmutarse.
El problema, señoras y señores, no está ni en los conocimientos y formación reales que el terrorista pueda tener ni tampoco en los comportamientos que se consideran socialmente aceptables o aceptados, y por ello calificados como de «buenos» o normales. En absoluto. El problema está siempre, atención, en las personas que son capaces de asumir y seguir ideas IRRACIONALES aceptándolas emocional y mentalmente como VERDADES REALES O POSIBLES, a pesar de que nada haya jamás probado la realidad o posibilidad de dichas ideas irracionales.
Eso no quiere decir que una persona que sólo sigue ideas racionales no pueda ser terrorista, pues las psicopatías no distinguen racionalidades, o que todas las personas que siguen ideas irracionales como verdades posibles tengan que ser necesariamente terroristas. No. Pero la lógica más básica indica que la tendencia y posibilidad a aceptar esas ideas IRRACIONALES hace más proclive a que una persona considerada socialmente buena o normal por sus contemporáneos y allegados pueda llegar a creer que acometiendo las barbaridades IRRACIONALES más monstruosas esté colaborando a hacer lo que él cree un bien para el mundo , porque para esa persona su irracionalidad es algo real.
Y ésa es precisamente la peligrosidad mayor que hay que distinguir, pues por lo general, los terroristas que invocan el Islam como fundamento para sus crímenes, son personas religiosas capaces de creerse irracionalidades absurdas debido a que desde que eran pequeños fueron formados en el seno de su familia en la posibilidad de aceptar lo irracional como real, quedando esta deformación profundamente arraigada en lo más oscuro e inconsciente de su personalidad.
Por ello, la cura preventiva de la posibilidad de que dichas personas irracionales puedan derivar alguna vez en terroristas de una religión que promete un paraíso mejor que la realidad terrestre y que puede que crean hacer un bien a la humanidad librándola de su existencia en este valle de lágrimas es la formación lógica y contrastiva en la realidad, la capacidad de distinguir lo verdadero de lo falso, lo racional de lo irracional; es decir, en suma, la EDUCACIÓN que dota de herramientas emocionales y mentales adecuadas desde la más tierna infancia.» [Agustín Barahona]
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Véase también:
¿Qué es realmente una blasfemia?
«La música es la flauta de Satán»