«Una persona en facebook abre una petición de discusión, punto por punto, del programa de «Podemos» con el fin de verificar ante la gente si es cierta la viabilidad y la garantía de bienestar y progreso de dicho posible contrato electoral. Aplaudo la idea de procurar explicación y debate, pero no sé si esa persona va a conseguir algo, visto el modo de discurso y medios usados por esta nueva formación política hasta ahora. Ojalá me equivoque.
En lo particular, me agrada la idea de que cualquier partido político explique con todo lujo de detalles lo que piensa hacer en caso de ganar las elecciones y, sobre todo, ***cómo piensa hacerlo***. Y si esto último además se hace como lo haría un buen profesor universitario, como lo son varios de los que lideran «Podemos», supongo que a nadie le cabría duda de si es o no factible, pues no sólo el público en general leería dichas explicaciones didácticas sino que lo harían también todos los otros partidos políticos en lid, por lo que de no ser cierta la viabilidad del programa de «Podemos» rápidamente obtendría jugosas y también didácticas réplicas –sin la condición educadora de dichas respuestas sólo sonarían a revanchismos que aumentarían de rebote el poder de «Podemos»– desmitificando. Y si sus propuestas son incontestables y se demuestra –y digo «demuestra»– que el programa de esta nueva formación es realmente viable y nos va a llevar a todos a un mejor estado de bienestar común y a tener muchas posibilidades de desarrollarnos conforme a la igualdad de oportunidades y medios para poder hacerlo estoy seguro de que sus adversarios no podrían demostrar lo contrario o intentar convencer a nadie de que dicho programa es populista y elaborado simplemente en contra de lo malo existente que la mayoría conocemos y señalamos desde hace tiempo –es decir, no un programa sino un «antigrama», permítaseme el neologismo–, como ahora se viene haciendo con larga facilidad debido a la extraña ausencia de pedagogía por parte, precisamente, de los profesores universitarios que dirigen «Podemos».
Como ya saben los que me conocen, yo no apuesto por ningún partido porque entiendo que precisamente una de las lacras de la sociedad moderna es el sistema de partidos en un mundo donde son completamente prescindibles. Si a eso le sumamos que el propio sistema político fue construído con una clara evidencia de estructuras fácilmente corruptibles dentro del marco legal, con eso digo todo lo que entiendo que debería cambiarse. Pero me imagino que incluso gente que estuviera en la misma posición ideológica que yo mismo podría apoyar provisionalmente a un partido que convenciera realmente de poder realizar las bonanzas que promete y de hacerlo en un tiempo razonable, todo ello ***con contrato electoral que de no poder ser cumplido en el tiempo estipulado obligase a convocar nuevas elecciones anticipadas***. De otro modo, sin garantía alguna de que lo que venga no va a ser más de lo mismo, no merece la pena siquiera el esfuerzo de atender a aquello que por todas partes se vocea que va a ser la nueva patria salvada.» [Agustín Barahona]
«La verdadera paradoja del conocimiento es que en el momento en que seamos conscientes de todo lo que no sabemos lo sabremos todo» [Agustín Barahona]
«Para que pueda darse el mayor marcador de falta de salud democrática, la corrupción, hacen falta dos cosas: seres humanos corruptibles y un sistema que permita la corrupción. Si una de las dos cosas falta la corrupción es imposible.
Para evitar en lo posible lo primero hace falta Conocimiento. Una educación realizada por especialistas que dote de las necesarias herramientas emocionales y mentales para que cualquier persona pueda por sí misma vivenciar y comprender cómo funciona el mundo y nuestra íntima interdependencia en cualquiera de nuestras acciones.
Para evitar en lo posible lo segundo hace falta un nuevo sistema que garantice la máxima seguridad de que sea imposible que las cucarachas puedan encontrar oscuras rendijas en las que alojarse, poner sus huevos y desarrollarse invisibles hasta que ya es demasiado tarde para simples limpiezas básicas.
Pero, por supuesto, la salud democrática no es más que uno de los muchos elementos necesarios para que se pueda dar la oportunidad de un buen gobierno. Con salud pero sin técnicas especializadas y objetivos claros y eficaces de bienestar y crecimiento común no haremos nunca nada más que fomentar una paulatina y degenerativa insalubridad por desgaste y extravío psicológico, que acabará matando nuestra civilización tan duramente conseguida a través de miles de años de sufrimiento, esfuerzo e inteligencia sociocultural.» [Agustín Barahona]