¿Multa de 2000 euros por apoyar la lucha infantil contra el cáncer?
«Vaya pandilla de lerdos tienen que ser los que no saben juzgar una norma a la luz de la intención con la que fue formulada. Viendo la inteligencia que tienen bien podría prescindirse totalmente de ellos y que su trabajo lo hiciera un robot. Está claro que el reglamento pretendía que no se pudiera hacer publicidad comercial o política –que para el caso es la misma cosa–, y no que no se pudiera hacer discreta y puntual publicidad humanitaria bajo la camiseta, que no sólo no molesta o perjudica sino todo lo contrario. A mi no me extraña que pueda actuar así gente que tiene por toda ilusión en su vida el dirigir a un grupo de señores que producen bárbaras lesiones de miles de formas dando patadas a sus compañeros y a un balón para colarlo en una portería, unos completos lincha-pelotas [sic], de hecho si no fuera por el tema humanitario ni me hubiera preocupado de esta noticia; pero, para aquellas buenas gentes que aún tienen dudas, me apresuro a hacer explícita esta reflexión acerca de actuaciones tan inhumanas como incultas y absurdas.» [Agustín Barahona]
Otras alusiones al mismo tema:
«Los líderes catalanes, en uno de los peores momentos políticos de su historia, con gran cantidad de asuntos escandalosos detrás y viendo cómo las justicias española y local van dirimiendo responsabilidades alcanzando lentamente a todos a instancia de parte –que no por oficio, lamentablemente–, decidieron una huída hacia delante azuzando y resoplando las ascuas pasadas del independentismo aprovechando el momento general de incomodidad suma debido a su propia mala gestión durante décadas y a la famosa crisis artificial que ahora todos padecemos porque unos pocos decidieron imponérnosla en su propio beneficio. Se hace identificar dicha incomodidad con ser españoles y así hacen desear a los catalanes como presunta solución el independizarse del resto de España, para que éstos no se dén cuenta de que de quien tienen que independizarse con la máxima urgencia, como el resto de los españoles, es de sus dirigentes políticos corruptos y del propio sistema que permite que esto ocurra legalmente en todas partes. Como el artificial y latro-cínico [sic] beneficio de la crisis no fue pactado y repartido con algunos catalanes con poder y en mala situación legal, esto agravó aún más la situación de evidencia de pésima gestión y corrupción máxima en las regiones catalanas. Por ello, decidieron que para distraer a todos de su horrendo y colapsante presente no había más remedio que crear un teatro de guiñol que obligara a todo el mundo a tener la atención puesta en tiempos imposiblemente venideros pero promotores de pasiones adecuadamente insufladas y manipuladas desde todos los frentes. Y es que cuando en medio de gravísimos problemas toda la atención se pone exclusivamente en un futuro de prestidigitación es que hay demasiadas cosas graves que ocultar en un presente que no se puede abordar sin quedar defenestrados.» [Agustín Barahona]