«El intercambio de ideas, opiniones o puntos de vista es como el intercambio de cromos o de fotos. No te permite saber cuál de ellos es auténtico y cuál una falsificación. Por eso es sólo para simples coleccionistas de puntos de vista, no para reales buscadores de la verdad y lo correcto.
Sin embargo, la expresión «intercambiar ‘puntos de vista’/opiniones/ideas» suele usarse como tarjeta de presentación amable en los objetivos públicos de los grupos de conversación temática en las redes sociales, aún siendo un evidente grave error en muchos sentidos.
Tal intercambio ni existe ni puede existir, pues los ‘puntos de vista’/opiniones/ideas, aunque resulte de perogrullo decirlo, dependen de dónde está el punto de la vista de quien vé, siendo esa posición realmente personal e intransferible, a no ser que intentes convertirte en esa persona vaciándote por completo de tus propios puntos de vista de la persona que eras, lo que, además de imposible, sería absurdo y completamente estéril.
Por si esto fuera poco, decir que sólo se pretende intercambiar puntos de vista, ideas u opiniones sólo atrae tácitamente ideas falsas y absurdas. Principalmente, que todas las ideas que subyacen en cada punto de vista «intercambiado» valen lo mismo sin que haya unas más correctas que otras, como si la ignorancia de algunos valiera lo mismo que el conocimiento de otros, como si el que el emisor del punto de vista tuviera o no una sólida formación sobre la realidad que lo sustenta fuera completamente irrelevante.
Así pues, lo que un buen grupo de conversación temática debe buscar, por lo tanto, no es intercambiar ‘puntos de vista’ /opiniones/ideas sino autenticar su validez. Y lo único que consigue esto eficazmente es el debate lógico-académico, guste o no guste a quienes no han adquirido la suficiente solidez en su formación como para poder debatir realmente, pues sólo la tipología del análisis argumental del debate académico lógico produce la necesaria síntesis de conocimiento verdadero, provisional y útil.»
[Agustín Barahona]
Cardenal Fernando Sebastián dixit:
«Muchos se quejan y no lo toleran, pero con todos los respetos digo que la homosexualidad es una manera deficiente de manifestar la sexualidad, porque ésta tiene una estructura y un fin, que es el de la procreación. Una homosexualidad que no puede alcanzar ese fin está fallando. Eso no es un ultraje para nadie. En nuestro cuerpo tenemos muchas deficiencias. Yo tengo hipertensión, ¿me voy a enfadar porque me lo digan? Es una deficiencia que tengo que corregir como pueda. El señalar a un homosexual una deficiencia no es una ofensa, es una ayuda porque muchos casos de homosexualidad se pueden recuperar y normalizar con un tratamiento adecuado. No es ofensa, es estima. Cuando una persona tiene un defecto, el buen amigo es el que se lo dice.»
La respuesta de cualquier ciudadano mínimamente honesto e inteligente, usando el mismo discurso y trampas sofísticas del cardenal, con el fin de que se dé cuenta de lo absurdo de sus ideas, sería más o menos así:
«Muchos se quejan y no lo toleran, pero con todos los respetos digo que el catolicismo es una manera deficiente de utilizar el cerebro, porque éste tiene una estructura y un fin, que es el de la inteligencia. Un catolicismo que no puede alcanzar ese fin está fallando. Eso no es un ultraje para nadie. En nuestro cuerpo tenemos muchas deficiencias. Yo tengo ojos marrones, ¿me voy a enfadar porque me lo digan? Es una deficiencia que tengo que corregir como pueda en cuanto inventen cómo tener los ojos del color que la iglesia diga que debe ser «lo normal». El señalar a un católico una deficiencia no es una ofensa, es una ayuda porque muchos casos de catolicismo se pueden recuperar y normalizar con un tratamiento adecuado. No es ofensa, es estima. Cuando una persona tiene un defecto, el buen amigo es el que se lo dice.»
«Quien encuentra la razón pierde la fe. Quien encuentra la fe «pierde la razón».» [Agustín Barahona]