«Resulta hilarante comprobar cómo desde hace muchos años en España se acusa de incultos «dignos de psiquiátrico» a gente culta por osar declarar abiertamente no gustar de los antiestéticos experimentos sonoros mal llamados «música», siempre sin explicar estos curiosos acusadores en qué debería haber consistido la cultura de esa gente culta para que hubieran podido parecerles agradables esos ácidos sulfhídricos sonoros con su característica fetidez y no ser así considerados «locos» por abominarlos. Pero más risible resulta aún la vieja excusa, aún sostenida por algunos, de que si se abomina de lo desagradable es porque se le tiene «miedo», no porque desagrade.» [Agustín Barahona]
NEURONAS ESPEJO: «Al margen de todo el tema, del que habría mucho que hablar, creo que por la descripción que hacen de ellas sería mejor denominarlas «neuronas concomitantes» o «neuronas empáticas», ya que, por lo visto, sólo pueden llamar a acciones para las que el individuo posea capacidad previa mediante una adecuada dotación biológica. Por tanto, entiendo que no son especulares. Efectivamente, con ellas parece que se quiere ahora explicar (casi) todo.» [Agustin Barahona]
EL SENTIDO COMÚN es lo que siempre debería guiarnos a todos en nuestras vidas, independientemente de la moda o de las conveniencias sociales. Pero no sólo es eso cierto, sino que es un deber defenderlo siempre a ultranza, para garantizar que pueda imperar siempre. Muchas veces la gente prefiere que sea pisoteado y no entrar a defenderlo porque suelen pensar o bien que su momento de lucha ya pasó o bien que tal o cual cosa «no es su guerra». Si piensan eso es que aún no se han dado cuenta de que el «momento» es un presente eterno y que la «guerra» es siempre de todos, que está indisolublemente unida a las vidas de todos y que en la realidad no existe esa ilusoria independencia preservativa, porque todos estamos unidos de un modo u otro y nuestro destino es a la postre un destino común sólo gobernable con un «sentido común» en una misma dirección. [Agustín Barahona]