«Para quienes quieran saber cuál es el futuro de la enseñanza musical en España como muestra un botón en este artículo: «Mateos propodrá a Wert crear una red de enseñanzas artísticas ante la dificultad de que las CC.AA. tengan «de todo»».
Soy partidario, desde siempre, de evitar duplicidades innecesarias, pero creo que los consejeros y asesores de este político deben de llevar demasiados años fuera de la realidad sobre la que pretenden aconsejar –o nunca estuvieron en ella–. Si hubiera que aplicar estos criterios a la educación de régimen general los alumnos cada día deberían recorrer varios colegios, pues cada centro estaría especializado en una asignatura para evitar duplicidades «innecesarias». Que pudieras conseguir una beca de viaje no garantizaría que tuvieras horas al dia ni oportunidad horaria para cursar todo lo que hay que cursar diariamente. No hace falta ser un experto para darse cuenta de esto.
Por otro lado… ¿qué van a hacer con los profesores cuyas asignaturas no sean mayoritarias en alumnado precísamente porque son de muy alta cualificación o especialización? ¿Los van a trasladar de localidad? Más aún: ¿Se va a quitar a los alumnos la posibilidad de cursar estas asignaturas a la siguiente hora como sus vecinos de la otra comunidad o localidad donde sí se haya decidido que se imparta? ¿Pondrán un «Stargate» para que los alumnos y padres puedan acudir a todas las clases necesarias diarias a lo largo de toda la geografía española todos los días?
No quiero entrar en toda la ingente e interesantísima cantidad de detalles en que habría que entrar para desplegar por completo la naturaleza de este problema artificial que se está generando (porque la educación es completamente sostenible si los recortes se hacen en las cosas realmente innecesarias o si se aplica el principio de ejemplaridad y proporcionalidad en los recortes). De momento baste leer este pequeño «entremés», en todos los sentidos del término, que nos preparan desde Castilla-León.» [Agustín Barahona]
«Puede parecer una tontería pero no lo es: Sugiero que para que la Sra Aguirre no pueda volver a decir que no se están despidiendo interinos se use en adelante la expresión «interrupción de contratación», que es más descriptiva, innegable e incuestionable y que… significa lo mismo a efectos prácticos. Todo el que conoce de verdad cómo funcionan las plantillas de los Conservatorios, por ejemplo, tiene claro que estos así llamados «interinos» son profesores cuya necesidad para cada uno de los Centros viene demostrándose durante años y años, por lo que –salvo rara excepción– en esas plazas no son «eventuales» ni están para sustituir provisionalmente una baja, sino que forman parte de la estructura laboral de la institución y se cuenta con ellos para poder seguir manteniendo la misma oferta de cantidad y calidad a los estudiantes de música y los que aspiren a serlo. Esta rara situación se sostiene así para que estos compañeros no puedan tener los mismos derechos que los profesores con plaza fija. Así pues que en adelante se hable no del despido de interinos sino de la interrupción de la contratación anual de interinos cuyo trabajo y alumnos forman parte ya de la institución.» [Agustín Barahona]
«Dicen que eres realmente libre cuando del total puedes elegir lo que quieras, no entre sólo lo que otros seleccionan para ti. Nunca he entendido por qué para el porcentaje de la declaración anual de la renta que te ofrecen optar a donar a la iglesia o a una ONG no te ofrecen también –o «en vez de»– la posibilidad de donártelo a ti mismo para tu jubilación. Y menos ahora, tal como estamos y buscando prescindir de lo innecesario e injustificable. Me da la impresión de que si donde pone «iglesia» sustituyeran por «jubilación propia», este país tendría algún que otro problema económico ciudadano menos (hay por ahí quienes dicen incluso que si no se diera dinero a la iglesia podríamos jubilarnos a los 60 años, y si uno hace números…). No entiendo realmente qué le debe el Estado Español a la Iglesia en pleno siglo XXI y, lo que es peor, qué le debemos los españoles como nación como para tener que seguir financiándola en parte. ¿Nos están diciendo que hay que ajustarse a los tiempos que corren –¡y cómo corren!– para justificar los recortes y sin embargo las relaciones con la iglesia católica en un Estado aconfesional no pueden finalizarse definitivamente en virtud de un ajuste a estos tiempos que nos ha tocado vivir? Por esto y por muchas otras cuestiones en las que no voy a entrar ahora solicito a los políticos que la próxima declaración de renta se ajuste a los nuevos tiempos también en este sentido.
Y, por supuesto, insisto, solicito también que cualquier recorte en nuestra capacidad adquisitiva sea aplicado ejemplar y proporcionalmente primero a los sueldos de los políticos. Con cuentas claras y públicas y normas que permitan que se apliquen a todo el mundo dichos recortes proporcionales, no sólo a los que tienen su nómina controlada por ser funcionarios. Y que de no hacerse así utilicemos todos los medios que el Estado de Derecho pone en nuestras manos para no dejar que esos políticos puedan volver a conciliar el sueño hasta que no apliquen, como mínimo, este principio de ejemplaridad y proporcionalidad o hasta que sean cambiados en elecciones generales anticipadas. Y que esto se repita hasta encontrar unos políticos que hagan honradamente las cosas, así nos cueste la vida entera encontrarlos. Si todos participáramos proporcionalmente por igual de las ganancias y pérdidas en esta «crisis» este país sería mucho más fácil de gobernar, en el sentido grande y antiguo del término, y el esfuerzo económico sería mínimo.» [Agustín Barahona]