«Propondría como norma que cuando un partido político ganara unas elecciones tuviera la obligación de cumplir su programa electoral íntegro *** y sólo su programa electoral*** mientras no se produjeran eventos no previsibles antes de la conclusión del día de la votación que pudieran obligar a tomar decisiones lesivas para los derechos de los ciudadanos no incluídas en el programa electoral. De este modo se evitarían sorpresas desagradables una vez ganadas unas elecciones y se garantizaría que todos los partidos políticos hubiesen de incluir en su programa electoral explícitamente todo lo que prometen hacer para así poder tener derecho a hacerlo, en virtud de esta norma y en las condiciones aquí expresadas. Y si el partido ganador incumpliera esto en todo o en parte (es decir, que hiciera cosas lesivas para los derechos de los ciudadanos cuya necesidad no tuviera raíz postelectoral justificada o que no cumpliera cualquiera de las promesas de su propaganda electoral) propongo que hubiera, automáticamente, derecho a convocar unas nuevas elecciones, pues el partido gobernante habría engañado conscientemente a sus votantes y no merecería regir el país ni un segundo más.» [Agustín Barahona]
«Propondría como norma el que si no es posible que a los presidentes de España que ya no lo sean no se les otorguen pensiones y sueldos vitalicios ciclópeos, al menos no se les otorguen a aquellos que no hayan dejado las arcas del Estado en superávit al dejar su cargo y que, igualmente, asuman personalmente todas las deudas que generaron, como se le exige a cualquier español. Lo haría extensivo a todo cargo político con responsabilidades económicas. Además pediría que todo aforamiento sea sólo temporal y retentivo, es decir, que permita que toda acción legal en contra de dicho político se posponga exclusivamente el tiempo de su aforamiento y que los delitos no puedan prescribir, comenzando a contar el tiempo para ello desde el momento en que el político deja de tener sus fueros privilegiados. Así el Parlamento sería algo más serio. De otro modo seguiremos viendo cómo quedan impunes insidias, calumnias, difamaciones, y otros delitos que fuera de ese aforamiento podrían suponer penas y multas muy graves para cualquier ciudadano de a pié.» [Agustín Barahona]
«Es evidente desde hace muchísimo tiempo que nuestro sistema político es muy legal pero muy injusto (legalidad y justicia no son sinónimos) y hasta que las normas no se ajusten a la justicia es muy difícil que nada pueda tener visos de buen futuro. Quienes pensaron la Constitución ya sabían de todas las obvias perversiones de la justicia que aquella permitía. Pero como beneficia a los políticos que viven de sus defectos (y de los de los demás) no confío en que estos vayan a cambiar lo que es necesario cambiar y con urgencia. Cuando Ortega y Gasset se refería a «La España Invertebrada» no se refería a la ausencia de las Autonomías que ahora nos desigualan y nos desangran por doquier. Como todas las grandes macroestructuras, España necesita obviamente una articulación interna eficaz. Hace falta una España vertebrada, sí, pero no con cifosis; tanta que pareciera que sólo podemos mirarnos el ombligo.» [Agustín Barahona]
Elecciones 20N: Así quedaría el Parlamento si todos los votos valieran lo mismo