«La respuesta corta es no. Si no se dispone de una vasta cultura que permita activar adecuadamente la inteligencia ésta sirve de muy poco.
La respuesta algo menos corta es que ser inteligente es en realidad sólo disponer de una buena herramienta con capacidad para resolver problemas. Sin embargo, como pasa con todas las herramientas, otra cosa muy distinta es tener la capacidad para usarla adecuadamente a los fines que perseguimos y conocer el mundo donde debe ser aplicada lo suficientemente como para que nuestra solución sea adecuada a la realidad contrastable y además con una cierta facilidad, en la acción relativamente inmediata.
Por ejemplo, puede haber personas de mentalidad irracional porque –debido a múltiples posibles causas– aceptan que dicha absurda mentalidad pueda formar parte de su propia cosmovisión, como les pasa a los religiosos, y puede además ocurrir que estas personas dispongan cerebralmente de una alta capacidad para resolver problemas, es decir, que tengan a su disposición la herramienta de la inteligencia. Pero si no la usan o si no la usan donde, como, cuando y con lo que deben usarla no sirve absolutamente para nada disponer de la herramienta porque la naturaleza irracional sobre la que no la aplican acabará adueñándose de las decisiones que el individuo tome. Es como disponer de un sacacorchos e intentar hacer los movimientos que lo caracterizan aplicándolos al aire cada vez que aparece un tornado. Y éste es, lamentablemente, el habitual problema psicosocial de los religiosos que se encargan constantemente de constatar, inexplicablemente, con orgullo y sin pudor.
Por eso lo que importa no es ser inteligente sino saber usar inteligentemente la inteligencia.» [Agustín Barahona]